viernes, 8 de julio de 2011

Público y privado

Confieso que la liberalidad con que escribe Eleonora me ha inspirado algunas ideas. Me parece una escritura desenfadada, libre, y a la vez rica y sostenida en interminable cantidad de lecturas y reflexiones. Eleonora me habla del pudor, ella confiesa algo sin pudor…

“En el siglo XIX hubo una inflación del espacio privado, y el espacio público empezó a ser estigmatizado, temido por engañoso, hipócrita, y el espacio de la intimidad pasó a ser el de la verdad y la autenticidad, donde se podía estar sin máscaras, y era moralmente superior. Antes el espacio familiar era típicamente el ámbito de la mujer, y era poco lo que se podía cambiar. Esas prácticas tenían lugar en la interioridad; se guardaban dentro de cada uno, dando una riqueza enorme, pero también una atadura, ya que era aquello que estaba adentro de uno y uno no se lo podía sacar. Ahí quedaba, por ejemplo, aquella culpa nacida de chiquito; aunque uno se haya olvidado, permanecía y podía reaparecer; nos condenaba. 
Ahora hay un estímulo al cambio. Y mostrar la intimidad tiene que ver con el hecho de que es lo más valioso, aunque se trate de cosas banales: cómo uno se lava los dientes, cómo es la decoración de mi casa, etc. Pero en algún punto dejó de ser íntimo, porque perdió su opuesto, lo público. Antes lo íntimo era secreto, ahora se lo hace público en Internet. Formaba parte de la definición de lo íntimo el pudor, lo oculto, había que cerrar las ventanas y puertas.”(1)

Junto con la exteriorización de lo privado vino también la organización, distribución y normalización de las imágenes y los textos. No se muestra cualquier contenido: se ve alegría, curvas delicadas y no tanto, sonrisas con muchos dientes, primeros planos dionisíacos, alcohol, abrazos, besos, en cambio, lo triste, deforme, excedido, no existe. “Me gusta” y no: lo detesto, me da asco, lo aborrezco. Todos los mensajes son edulcorados y felices. Facebook cierra páginas de “anormales” antes que de ladrones o pederastas.
Mantener el pudor, el interés por la intimidad decimonónica junto con la libertad que hoy defendemos me parece un logro. Escondo las fotos familiares en un “grupo secreto” en Facebook por pudor, no quiero que mis alumnos a quienes acepto sin límite en mi página, participen de mi vida privada. Ese es mi diario y está guardado en el cajón de mi dressoir digital.

 

 

(1) Paula Sibilia: "Antes lo íntimo era secreto, ahora se lo hace público en Internet" http://edant.clarin.com/suplementos/zona/2008/09/21/z-01764657.htm


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